Toledo (EFE).- Un grupo de doce voluntarios culturales jubilados comparten su tiempo y conocimientos para acercar la obra del Greco al público, entre ellos Mari Carmen Sánchez y Emilio Ojalvo, que se dedicaron a la pintura y a la docencia, respectivamente, en su etapa laboral y que ahora realizan una labor que combina aprendizaje y transmisión cultural.
Con motivo de la conmemoración, como cada 7 de abril, de la muerte de Domenicos Theotocopoulos (en 1614), la Agencia EFE ha hablado con dos de estos jubilados voluntarios culturales que forman parte de la confederación española de aulas de la tercera edad y realizan visitas comentadas, de forma desinteresada, a la colección de martes a viernes.
Mari Carmen Sánchez, toledana, ha dedicado casi dos décadas de su vida a la pintura y desde niña ha visitado el Museo del Greco, con lo que, al jubilarse, decidió convertirse en voluntaria y ya lleva seis años colaborando en el Museo.
«Salgo muy contenta, tenga el grupo que tenga», ha afirmado Sánchez, quien ha enfatizado que sigue desarrollándose culturalmente gracias a su relación con el personal del Museo, que ayudan a prepararse cada nueva exposición.
Emilio Ojalvo fue profesor y es voluntario desde 2014, precisamente el año en que se conmemoró el IV centenario del pintor cretense.
«Seguir en el museo es seguir siendo profesor», ha comentado al tiempo que destaca el placer de explicar el arte a quienes llegan sin conocimientos previos.
«En mi caso, yo quería transmitir a los demás, enseñar. Y un buen sistema me pareció venir aquí, porque, de alguna manera, sigo siendo profesor. Y recibimos más de lo que damos», ha agregado Ojalvo.
La labor de estos voluntarios culturales no se limita a describir las obras, sino que acompañan a los visitantes en la interpretación de la luz y el color en los cuadros del Greco, ayudando a comprender su estilo.
«Las preguntas que uno se puede hacer al visitar un museo, nosotros nos anticipamos a responderlas e incluso motivamos a los visitantes a que se cuestionen más», ha explicado Ojalvo.

Enseñar quien fue el Greco a quienes no lo conocen
Han detallado la sorpresa que les causa cuando llegan al Museo visitantes que no conocen al Greco y salen de allí sabiendo de él y su obra: «Se van sabiendo algo, con nociones sobre quién fue y cómo pintaba, eso es más gratificante que un sueldo al final de mes», ha subrayado Mari Carmen Sánchez.
Entre las experiencias vividas, Ojalvo ha recordado una anécdota con un niño de cinco años que, con gran curiosidad, al ver el ‘Retrato de Diego de Covarrubias’ le preguntó por qué los personajes de los cuadros miraban siempre al espectador.
Este voluntario subraya que la espontaneidad y el interés de los más pequeños han sido para él un reflejo del impacto que el arte puede generar a cualquier edad.
En cuanto al voluntariado cultural en el museo, Ojalvo ha señalado que «aquí hay voluntarios excelentes sin títulos, pero con vocación».
El Greco fue un artista incomprendido en su época y redescubierto en el siglo XIX, gracias a figuras como el marqués de la Vega Inclán, artífice del Museo del Greco, y Mari Carmen Sánchez defiende que ya en el siglo XX «Toledo se ha portado muy bien» con la figura de El Greco.
Uno de los doce voluntarios culturales del Museo del Greco habla inglés, francés, italiano y portugués para que no ser hispanohablante no sea un problema para entender detalladamente el arte del pintor cretense.
El voluntariado cultural en el museo está abierto a personas desde los 55 hasta los 90 años y no requiere formación académica específica.
La iniciativa busca fomentar el envejecimiento activo y la integración social, promoviendo el conocimiento del arte y la historia.
En 2024 el Museo del Greco, ubicado en la judería toledana, recibió más de 187.000 visitantes. EFE