Barcelona (EFE).- Si no se te dan bien las matemáticas no es que seas de letras, es que nunca te las enseñaron de la forma adecuada, asegura Laura Morera, responsable didáctica de Innovamat, el proyecto que pretende transformar el aprendizaje de las ‘mates’, pasando de un modelo memorístico a otro competencial, y que usan ya 2.400 escuelas de todo el mundo.
Morera, que es doctora en Didáctica de las Matemáticas y de las Ciencias Experimentales y profesora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), reconoce que esta materia ha sido siempre un hueso duro de roer para muchos estudiantes y tiene muy claro el por qué.

«Las matemáticas no se entendían porque nunca nadie intentó que las entendieras. Te decían las cosas son así, las repites y punto», explica la experta, que cuenta con más de 17 años de experiencia docente en primaria, secundaria y la universidad y ha sido la encargada de elaborar, junto a la también profesora Cecília Calvo, el contenido didáctico de Innovamat.
«Las matemáticas han sido siempre una materia muy odiada que generaba mucha ansiedad. De hecho, hay estudios que dicen que ponerte ante un examen de mates es como estar ante una araña peligrosa o una serpiente. Nosotros hemos conseguido romper esa visión», afirma Morera en una entrevista con EFE.
Una nueva manera de enseñar
Impulsado por Andreu Dotti, Isaac Sayol y Àlex Espinet, Innovamat es un proyecto que nace en 2017 con el objetivo de renovar la enseñanza de las matemáticas y hacer que sean accesibles, comprensibles y estimulantes para los estudiantes.
La clave: cambiar el modelo de aprendizaje tradicional, basado en la memorística, por otro práctico y competencial, en el que los alumnos adquieren el conocimiento matemático a través de la manipulación, la experimentación y el razonamiento.
«Antes, el objetivo era obtener el resultado de forma rápida; ahora nos focalizamos en encontrar y trabajar diferentes estrategias para resolver una misma operación. Esto permite a los alumnos entender qué están haciendo en cada momento y desarrollar la competencia matemática mientras respetamos sus ritmos de aprendizaje», indican desde Innovamat.

Laura Morera pone como ejemplo el teorema de Pitágoras, que establece que, en un triángulo rectángulo, el área del cuadrado construido sobre la hipotenusa es igual a la suma de las áreas de los cuadrados de los catetos.
En una clase de matemáticas convencional, a los alumnos se les explica este teorema y se les da la fórmula que permite resolver el problema: c²=a²+b². Con Innovamat, los estudiantes llegan a este resultado a través del «descubrimiento guiado», practicando, relacionando y deduciendo patrones comunes, detalla Morera.
Diferentes estrategias
Una vez que los alumnos comprenden la operación en cuestión es cuando se les enseña el algoritmo tradicional. El destino es el mismo, pero siguen otros caminos que les inducen a pensar.
«Queremos hacer que los alumnos aprendan bien las matemáticas. Aquí todo el mundo tiene cabida y el error no está penalizado, sino que es una oportunidad de aprendizaje», remarca Morera.
De esta manera, señala, «los alumnos no se agobian o no tienen la sensación de no saber algo o no acordarse de ello». Simplemente se trata de invitarles a buscar otra estrategia para alcanzar el resultado.

«No pretendemos formar a un montón de matemáticos, pero sí evitar que esta asignatura acabe condicionando la elección de una carrera. Igual nos estamos perdiendo un gran médico o un gran biólogo por culpa de querer esquivar las mates», comenta Morera.
«Nosotros tenemos un lema -subraya- y es que no es que seas de letras, es que nunca te habían enseñado matemáticas así».
Un proyecto de docentes para docentes
Innovamat es un proyecto «de docentes para docentes» y está basado en la investigación y los años de experiencia de sus impulsores como profesores, señala a EFE Jordi Balbín, responsable de la iniciativa en Cataluña.
Además de proporcionar los contenidos a las escuelas, Innovamat forma y acompaña a los profesores. También ofrece materiales para las familias, para que puedan ayudar a sus hijos sin caer en los mecanismos tradicionales, que pueden entrar en contradicción con lo aprendido en el colegio.
«Tenemos muchos casos de familias que están abiertas a entender el método Innovamat y, cuando lo hacen, ven que es un proceso mucho más potente que el que aprendieron ellos», apunta Morera.
Innovamat, que cubre la etapa educativa de 3 a 16 años, apuesta por un «uso moderado» de las pantallas en clase, no más de 45 minutos semanales y siempre a partir de primaria, subraya Balbín.

Premio Princesa de Girona
El método Innovamat, ganador del Premio Princesa de Girona CreaEmpresa 2025, se aplica actualmente en 2.400 escuelas de nueve países: España, Italia, México, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil y Estados Unidos.
En España, según Balbín, más de 1.700 escuelas públicas y privadas usan este método, con el que se están formando medio millón de alumnos de todo el mundo.
Sus impulsores no prevén por ahora llegar a nuevos países, sino consolidar su presencia en los que ya operan, con el foco puesto en Latinoamérica y Estados Unidos. EFE